Jesús Guerrero Valdez*
Este año no deja de ser de sorpresas satisfactorias en diversos ámbitos culturales después de la pandemia; es el caso de una producción denominada An alimtalab i ayal (La búsqueda, tu búsqueda) que trata de volver visible la cultura tének en la Huasteca, producida por Eduardo Hernández, un nuevo valor local en la zona sur de Tamaulipas dentro de la dirección cinematográfica.
A él también le ciñó el cinto la epidemia y aunque no lo detuvo, en el tiempo que estuvo encerrado se adentró más en la promoción cultural. Tras haber sido líder por más de 20 años del grupo de punk “La Contra”, formó el colectivo Hernández y se aventuró a realizar una película.
Pero lo verdaderamente sorprendente es que se trata de una obra sin apoyo institucional o gubernamental, que viene a demostrar lo mucho que se puede hacer en estos recovecos del llamado séptimo arte, donde más allá del interés que pudiera tener la historia, se conjugan factores en las que deben otros creadores poner atención si quieren empezar a picar piedra.
Con más de 27 presentaciones en diversas partes de la república, la obra resalta el valor de las lenguas de nuestro país en el contexto identitario, muy especial en el caso del tének y sus múltiples variantes. Sólo por dar una idea, existe un tének en la infinidad de comunidades dentro de la Huasteca potosina y otro, muy diferente en pronunciación y significado en las apenas 21 comunidades hablantes en el norte de Veracruz. Es necesario puntualizar, sólo en una pequeña porción de estos 21 territorios de hablantes, pueden llegar a existir hasta 3 variedades de la misma lengua.
La historia en sí trata de los obstáculos que enfrenta una pareja, a la que los prejuicios sociales y la discriminación ponen en tela de juicio el amor que se profesan. Una sociedad que por años deja en un segundo plano la esencia de nuestras raíces y que ha dado origen a un sincretismo mezquino que contamina la esencia de las culturas originarias en sus diversas manifestaciones.
La ópera prima de Eduardo Hernández, un medio metraje realizado con la ayuda de un celular y un presupuesto limitado, ha tocado puertas en Zacatecas, Ciudad de México, Tlaxcala, Coahuila, San Luis potosí, Nuevo León y Veracruz.
Pero lo que más admira y causa satisfacción, incluso al novel cineasta, es haberla presentado no sólo en varios puntos del país, sino en las mismas comunidades; es el caso de “El Choyoso”, localidad del municipio de Ciudad Valles, San Luis Potosí:
“Una persona de la tercera edad, se me acercó con los ojos humedecidos y la voz entrecortada, pues no había tenido la oportunidad de ir a una sala de cine — esto es lo más cercano— me dijo; explicando, lo único parecido era su televisor de blanco y negro, mismo que hace años había dejado de funcionar y, la verdad es algo que me sorprende y me llega profundamente”, señala conmovido Lalo Contra, como también es conocido Eduardo.
Otra de las experiencias que resalta de este tour o gira, fue lo ocurrido en Tanlajás, cuando durante el montaje se le acercó una persona para agradecer que, sin haber sido una producción hecha precisamente en aquella comunidad, la llevara a presentar.
-No son pocos los que han venido y sacan provecho sobre nuestras tradiciones y ya no vuelven ni para presentar el resultado del trabajo realizado-, le dijo el habitante, no sin molestia.
Este próximo 29 de octubre se presentará en las fiestas del Xantolo de El Higo, Veracruz, dentro de las instalaciones del deportivo “La Presa”. Al evento acudirán millares de asistentes de diferentes puntos del país para participar de la tradición y ver una propuesta, con fragmentos en lenguas originales.
*Jesús Guerrero Valdez. Periodista independiente. Fue fundador y laboró por casi 27 años en el Diario de Tampico y Milenio Tamaulipas, donde ocupó el cargo de editor. Durante 2 décadas se adentró en los avatares de la cultura, local, regional y hasta nacional; actualmente dirige el programa “Gato Encerrado” en la plataforma digital Visita La Radio. Es autor del espacio “Bajo la mirada de Jesús Guerrero” que difunde la Secretaría de Cultura de Tampico. Es vicepresidente de la Asociación Cultural del Tamoanchan, A.C., y escribe poesía, minificción y cuento.