Redacción EB
Tras el hallazgo de los 4 estadounidenses privados de la libertad en Matamoros, el gobierno de Estados Unidos llamó a combatir al Cártel del Golfo, grupo delincuencial presuntamente responsable del asesinato de 2 de las 4 víctimas.
“Nos preocupa particularmente el control que ejerce el Cártel del Golfo en la zona conocida como la frontera chica”, sentenció el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, en una declaración emitida después de confirmarse los homicidios.
La violencia sufrida por los afroamericanos fue grabada por un ciudadano y difundida en redes sociales, hecho que, sumado a la lentitud en las labores de búsqueda, molestó a población y gobierno norteamericano.
La mañana de ayer martes 7 de marzo, una llamada de alerta llegó al grupo especial que atendió el caso. Una voz dio la ubicación exacta de la casa donde se encontraban la mujer Latavia Washington McGee y sus amigos Eric James Williams, Shaeed Woodard y Zindell Brown.
Minutos después del hallazgo, en la conferencia “Mañanera”, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, anunció el resultado de las investigaciones en un enlace telefónico. Al colgar la llamada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lamentó las muertes.
Empero, el ánimo del mandatario nacional cambió ante la pregunta de la periodista Adriana Estela Flores.
“¿Cree que este hecho marca o marcará un viraje en la política que ha tenido Estados Unidos, considerando los pronunciamientos que se han hecho recientemente, la propuesta de los legisladores, lo que dijo William Barr y esta propuesta que viene ya desde hace, por lo menos, dos años, presidente, de que se considere a los cárteles de la droga mexicanos como grupos terroristas?”, cuestionó.
“El presidente Biden me ha ofrecido que van a ser respetuosos de nuestra soberanía, y eso pues se agradece. Porque nosotros no vamos a permitir intervencionismos de ningún país extranjero. México no es colonia, no es protectorado de ningún gobierno extranjero”, replicó López Obrador.
Y minutos después mandó un mensaje a los senadores republicanos de Estados Unidos que plantea usar al Ejército de dicho país para combatir a los cárteles mexicanos: “Entonces, ya basta de hipocresías y estar viendo nada más la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
Ante el debate político del hecho delictivo, el embajador Salazar enfiló una crítica sobre la condición de la seguridad en Tamaulipas.
“Como hemos señalado en nuestras alertas de viaje, Tamaulipas representa un riesgo por los altos niveles de criminalidad y violencia“, dijo Salazar que más temprano acudió a Palacio Nacional donde despacha el presidente de México.
Por la noche, el senador republicano, Lindsey Graham, de Carolina del Sur le dijo a Fox News que presentará una legislación para “sentar las bases” para usar la fuerza militar en México para combatir a los cárteles de narcotráfico.
Esta no es la primera vez que la operación del Cártel del Golfo provoca una tensión político entre los gobiernos estadounidense y mexicano. El 9 de noviembre de 1999, el capo Osiel Cárdenas Guillén amenazó a un agente del FBI y otro de la DEA que circulaban en un automóvil con placas diplomáticas por Matamoros. La amenazo marcó el fin de la carrera de Cárdenas, quien fue detenido, extraditado y sentenciado en Estados Unidos, país que también le dio el beneficio de encarcelarlo durante 25 años a cambio de que entregada millones de dólares y delatara a otros grupos criminales.