viernes, 26 de abril del 2024

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Pero nada está escrito y no debería descartarse ninguna sorpresa, insisten desde el primer círculo de la próxima administración estatal que obviamente, lleva mano en la confección de la estructura formal de Morena en Tamaulipas.

Catalejos

Opinión por Miguel Domínguez Flores

En la elección interna para renovar la dirigencia estatal de Morena todavía no hay nada para nadie.

Aunque luego de la jornada de votación del pasado 30 de julio se hicieron públicos los nombres de los 10 aspirantes más votados en cada distrito electoral -cinco hombres y cinco mujeres- estos son resultados preliminares que tienen que ser validados por la Comisión Nacional de Elecciones del partido, lo que no ha ocurrido.

La primera fecha estipulada para que se dieran a conocer los resultados oficiales era el 3 de agosto, pero el partido publicó un aplazamiento para que el límite sea dos días antes de que se realicen los congresos donde se votará por quienes integrarán el nuevo comité estatal.

En el caso de Tamaulipas serán 90 congresistas -las 45 mujeres y 45 hombres más votados el 30 de julio- los que participarán para definir al presidente estatal, y a los secretarios que lo acompañarán. Pero el documento oficial de Morena no puso fecha para la realización del Congreso que originalmente estaba agendado para el 6 de agosto y por acuerdo de la Comisión Nacional se pospuso para el sábado 13 de agosto, aunque todo hace indicar que tampoco este fin de semana se realizará.

Varios factores han contribuido a que las fechas no se cumplan como indicaba la ruta crítica propuesta por Mario Delgado. El principal es que la respuesta de los grupos, militantes y simpatizantes en todo el país fue más alta de lo que al parecer previeron cuando diseñaron la convocatoria. Más de 3 millones de personas salieron a votar por sus congresistas.

Eso desató una ola de inconformidades que terminarán en los Tribunales porque ya se sabe, en Morena nada es fácil. La apuesta por una renovación abierta a la participación multitudinaria era arriesgada y la tarea muy ambiciosa. Al final de cuentas, el Movimiento de Regeneración Nacional que tiene ocho años compitiendo en elecciones en las que ya ganó la Presidencia de la República, 22 gubernaturas, el Congreso de la Unión, 18 congresos locales y miles de alcaldías, en realidad apenas está naciendo como partido.

Para no ir tan lejos, Tamaulipas no tiene desde hace casi dos un años una dirigencia estatal en funciones, a pesar de que Enrique Torres Mendoza y sus seguidores pretendan aferrarse a un poder que perdieron hace mucho.

Las labores de dirigente las ha desempeñado a trompicones el delegado nacional Ernesto Palacios Cordero, cuyo futuro político está en la Ciudad de México.

El aplazamiento de las fechas fatales del proceso interno también ha contribuido a elevar la incertidumbre en torno a quién será la mujer que ocupe la dirigencia estatal del partido.

Los nombres que más se han barajado responden a los resultados preliminares de la primera votación. Sobresalen por su trayectoria y su peso político en el grupo de Américo Villarreal los nombres de Úrsula Salazar Mojica, quien tendría que pedir licencia en el Congreso, Olga Sosa Ruiz que ha reforzado su permanente proselitismo, Katalyna Méndez, la dirigente de la agrupación juvenil en la campaña por la gubernatura, y Mónica Villarreal Anaya, regidora en el Cabildo de Tampico, quien también tendría que dejar esa posición si quiere competir.

Pero nada está escrito y no debería descartarse ninguna sorpresa, insisten desde el primer círculo de la próxima administración estatal que obviamente, lleva mano en la confección de la estructura formal de Morena en Tamaulipas.

A unas cuantas semanas de asumir el poder, Américo tiene una gran oportunidad: establecer las bases para la construcción de su partido en el estado. Pero al mismo tiempo enfrenta una tarea compleja: sacar con el voto de los 90 congresistas una dirigencia en la que pueda depositar su confianza, pero con la suficiente habilidad política para encarar los procesos electorales que vienen, sobre todo el del 2024, esencial para apuntalar su sexenio.

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