Catalejos
Opinión por Miguel Domínguez Flores
La lucha política por el control del Tribunal Electoral de Tamaulipas (Trieltam) que ha cobrado tanta importancia en las últimas semanas, en realidad comenzó desde el mes de octubre del 2020. El grupo parlamentario del PAN que en ese momento contaba con una cómoda mayoría en el Congreso de Tamaulipas, presentó y aprobó una iniciativa para mutilar la integración de ese órgano judicial y pasar de cinco a tres magistrados. Para ello, alegaron razones de austeridad, que desde luego no se aplicaron a otras instancias públicas.
En el fondo, había un motivo mucho más poderoso detrás de esa jugada legislativa. El dictamen indicaba que los 2 magistrados que el Senado -con mayoría morenista- designaría en el mes de noviembre, solo cumplirían su función por unos cuantos meses hasta que concluyera el proceso electoral del 2021. Al terminar, estos no serían remplazados y el Tribunal se quedaría con su versión mínima, en la que cualquier discusión se definiría con el voto de dos magistrados nada más. Más fácil: la definición de la elección del 2022 en el ámbito estatal recaería en solamente 2 personas.
Un mes después de la reforma aprobada en el Congreso, la Cámara Alta designó a los nuevos magistrados tamaulipecos: Edgar Iván Arroyo y René Osiris Sánchez Rivas, a quienes el PAN les había puesto fecha de caducidad. No los quería en el Tribunal para el 2022 cuando tendrían la tarea de calificar la elección por la gubernatura, por lo que ambos recurrieron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Un año después, cuando ya la presidenta del Trieltam los había desconocido, los ministros les dieron la razón y la SCJN ordenó que fuera reintegrados en sus posiciones hasta concluir el periodo de 7 años para el que los eligió el Senado. Si eso no hubiera ocurrido, el polémico voto de Edgar Danés -tan cuestionado y presionado por uno y otro bando- no se hubiera vuelto tan importante. Con los votos de la presidenta Blanca Hernández y la magistrada Gloria Reyna Hagelsieb, hubiera bastado para anular la elección, y Américo Villarreal habría estado obligado a recurrir al Tribunal Federal, como seguramente hará César “Truco” Verástegui.
En cambio, la presencia de Edgar Arroyo y René Osiris ha influido y mucho en las determinaciones recientes que ha tomado el Tribunal Electoral. Tras la elección del 2021, sus posiciones fueron clave para que ni en los municipios con resultados más cerrados, como en Nuevo Laredo, se revirtieran los triunfos que había obtenido Morena.
A pesar de que en más de una ocasión la Sala Regional les devolvió las resoluciones que habían aprobado, en ningún caso hubo cambios significativos en los resultados. Es decir, con todo y que hubo criterios discordantes entre el tribunal local y el federal, al final les dio la razón: no había elementos para quitarle a
Morena la victoria que había conseguido en las urnas.
Algo muy similar pasará con la resolución que saldrá en los próximos días. Con 3 votos contra 2, el Trieltam avalará el triunfo de la alianza Juntos Hacemos Historia; el PAN recurrirá al Tribunal Federal, que seguramente hará observaciones a lo aprobado por los magistrados locales, pero al final, no habrá cambios en los resultados.
El 1 de octubre, Américo Villarreal Anaya asumirá la gubernatura de Tamaulipas.