Redacción EB
Genoveva “Beba” Lució y Guillermo Gutiérrez Riestra murieron sin haber encontrado a su hijo José y su hija Raquel, respectivamente, desaparecidos durante la guerra contra el narcotráfico.
La señora Lucio buscaba a su hijo José de la Cerda Lucio, quien desapareció el 26 de enero de 2011 en San Fernando, Tamaulipas. La mujer era integrante del colectivo “Madres Unidas por Nuestros Hijos Desaparecidos en San Fernando”
En 11 años la señora Genoveva participó en marchas y búsquedas donde llevaba la foto de Jose. En los últimos meses integró el grupo de buscadoras que trabajaron junto a las autoridades en el campo de exterminio, ubicado en el ejido La Bartolina en el municipio de Matamoros.
La muerte de la señora Genoveva se reportó el 25 de febrero por el colectivo de buscadoras.
Vivos los queremos: Guillermo Gutiérrez
Primero activista de izquierda y luego buscador, así fue el abogado Guillermo Gutiérrez Riestra, quien murió sin encontrar a su hija Raquel Gutiérrez, desaparecida el 1 de septiembre de 2011 en Ciudad Victoria.
Gutiérrez Riestra fundó uno de las primeras agrupaciones del movimiento estatal por los desaparecidos: el Colectivo de Colectivo de Amigos y Familiares de Desaparecidos.
Su reclamo y pensamiento siempre fue por la búsqueda en vida a pesar de conocer de primera mano la crueldad con que grupos delincuenciales y autoridades actuaron a partir de 2010 en territorio tamaulipeco.
Desde 2016, el presidente del Colectivo de Colectivo de Amigos y Familiares de Desaparecidos siempre fijó su exigencia al gobierno de Tamaulipas, con quien mantuvo diálogo para impulsar más búsquedas. En ese periodo conoció a Miriam Rodríguez Martínez, buscadora de San Fernando con quien se alió para exigir verdad y justicia en los miles de casos.
En el periodo de transición de Enrique Peña Nieto a Andrés Manuel López Obrador presionó al equipo del presidente electo para que atendieran a las víctimas tamaulipecas.
Guillermo Gutiérrez fue uno de los pocos activistas que pasó a ocupar un cargo público. La presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Ibarra Piedra, lo nombró delegado en Reynosa, puesto en el que estuvo solo unos meses.
Tras su paso por el cargo público, Guillermo Gutiérrez volvió a su labor de activismo y defensoría de derechos humanos.Empero, su padecimiento de diabetes lo fue mermando hasta que murió en un hospital de la capital tamaulipeca.
El trabajo en la visibilización de las desapariciones y la exigencia de justicia en Tamaulipas fue desgastante. A la muerte del activista hay más de 11,000 personas desaparecidas en la entidad.