Por Julián Javier Hernández
Monterrey.- Monterrey es una ciudad privilegiada para los negocios y estos, prácticamente, pertenecen a los hombres. Las mujeres, en cambio, o muchas de ellas, carecen de iguales oportunidades: viven en un mundo de discriminación, un mundo masculino; los regios, un día, las verán como su similar. Mientras llega, ya tienen las primeras regidoras feministas y de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Trans, Queer y más (LGBT+) al frente del municipio.
Para muchas defensoras de la mujer se encendieron las señales de alerta por el comportamiento machista de Samuel García cuando era solo aspirante de Movimiento Ciudadano. Hoy es gobernador electo de Nuevo León, y encabezará la conducción del estado el 1 de octubre. Pero el remedio contra sus excesos parece haber llegado ya, y ha salido de su propio partido, Movimiento Ciudadano: Karla Torres y Ana Eugenia Rodríguez, regidoras electas de Monterrey y activistas de la igualdad.
Igualdad es lo último que refleja la sociedad de Nuevo León, tan admirada y triunfante en el ámbito económico. 72.2% de la población acepta poco o nada que dos personas del mismo sexo vivan como pareja (INEGI. Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017). 14% dijo haber sido discriminado por su tono de piel, origen étnico, apariencia física o condición social, según los resultados del mismo ejercicio. El trabajo de las nuevas autoridades, por lo tanto, luce difícil.
Pero Karla Torres se ha forjado en las durezas del periodismo (El Norte, 2006-2010), en la defensa de personas maltratadas (CADAC, 2013-2017) y en la atención ciudadana (San Pedro, 2018-2020); no la intimida el reto de ser regidora, defensora de la mujer y activista LGBT+ en una metrópolis como Monterrey, cargada de prejuicios.
“Desgraciadamente, las desigualdades que nos atraviesan, el machismo, ya son cuestiones muy estructurales, muy arraigadas que, yo creo, se pueden cambiar”, explica Torres. Acaba de salir de una reunión del equipo de transición con las actuales autoridades, de las que heredarán estos y otros conflictos. “Lo primero es reconocer estas desigualdades, estos problemas sociales que tenemos para poder construir desde ahí”.
La nueva regidora quiere comenzar desde el punto de partida del orden y la paz: el reglamento de Policía y Buen Gobierno de Monterrey; propone reformas para prevenir el abuso a personas LGBT y ciudadanos en general, como especificar el concepto de ‘faltas a la moral’, y no detenerlos por su apariencia. La discriminación, dice ella, no puede incubarse desde los ordenamientos municipales.
“El CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación) coloca a Nuevo León como la entidad que más discrimina en todo México, por eso es que tenemos un trabajo pendiente”. Una de las motivaciones de Karla Torres para entrar al servicio público es cambiar la mentalidad de sus conciudadanos o provocar, al menos, conciencia de los males sociales. “Discriminación hacia la comunidad LGBT, discriminación de clase social, de color de piel, o sea racismo, discriminación hacia personas de la comunidad indígena. Esas son las razones por las que se discrimina más en Nuevo León”.
En Monterrey, si una pareja gay camina de la mano por las calles, termina en la cárcel. Karla Torres sostiene que esto puede prevenirse con capacitación y campañas educativas, y promover así la tolerancia. “Podemos educar en la ‘no discriminación’ y capacitar mejor a nuestros policías municipales para que no comentan estos abusos de poder desde las fuerzas del orden”.
Otro azote de la sociedad regiomontana, quizás el principal, es la violencia contra la mujer en todos los ámbitos, clases y edades. La capital de Nuevo León no es igualitaria ni feminista, asegura. “Tenemos unos niveles de violencia muy terribles. En Monterrey, hay mucha violencia familiar; hay de género, hay feminicidios y trata de personas”. En efecto: Nuevo León es el segundo lugar nacional en trata de personas; el cuarto lugar en corrupción de menores; el sexto en feminicidios y el noveno a nivel nacional en lesiones dolosas (agresiones físicas), de acuerdo con Información sobre Violencia contra Mujeres, del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, correspondiente a enero-mayo de 2021.
Pero el buen juez por su casa empieza. Aún está fresco en la memoria el diálogo entre Samuel García y Mariana Rodríguez, su esposa, a quien ordena bajar la pierna en público, durante una transmisión en vivo. “Me casé contigo para mí”, le advierte. ¿Qué piensan hacer con el gobernador electo las feministas de Movimiento Ciudadano? “Tuvimos la oportunidad de hablar con él, en lo personal”, explica Torres. “En aquel momento, sí le hicimos el comentario a Samuel, quien, debo reconocer, lo tomó muy bien: aceptó que no fue acertado lo que hizo y tomó cursos de nuevas masculinidades”.
En la ciudad ideada por ella y el equipo de Luis Donaldo Colosio, alcalde electo de Monterrey, habrá servicios para todos, no solo para los pudientes. Uno de los proyectos más ansiados por Karla es un Centro de Rehabilitación para alcohólicos y adictos, así como unidades especiales para erradicar la violencia familiar. El consumo de sustancias tóxicas, afirma, está detonando la inseguridad en los hogares, en las calles y en las escuelas. “La edad de inicio en los niños de Nuevo León es de 10 años en el consumo de drogas. Los polos donde hay más problemas es la (colonia) Independencia y San Bernabé, en la Alianza, sobre todo el consumo de ‘cristal’”. A pesar del oscuro panorama, se siente optimista. “No tenemos un centro de rehabilitación; ese es uno de mis planes. Que se abra, aunque sea uno, para atender a la gente de manera gratuita y profesional”.
El plan mencionado toca una cuerda profunda en la regidora electa, ya que ella misma es sobreviviente de las adicciones. “Voy a cumplir nueve años sobria de alcohol y drogas. Yo tuve ese problema; yo tuve el privilegio de ir a un centro de rehabilitación… Pero en ese camino me di cuenta de que se requiere de dinero, bastante, y de tiempo y de mucho privilegio para poder salir de algo así”.
¿Luego? La policía, por supuesto. Junto con el equipo de transición, ha pensado agregar 1,200 elementos a las labores de vigilancia, capacitar a los uniformados y unificar a los dos grupos que hoy cuidan la ciudad, Policía Regia y Fuerza Civil, en una sola corporación. La suma de estas acciones (capacitación policíaca, atención a la violencia familiar, a las adicciones y a la discriminación) hará de Monterrey una ciudad incluyente, segura e igualitaria como nunca antes en 20 años, ha dicho.
¿Todo lo que necesitaban los regiomontanos era la llegada de Movimiento Ciudadano? No, exactamente; la capital de Nuevo León, explica, viene de un contexto difícil, marcado por la pandemia del COVID-19, el confinamiento y la crisis económica. Puede superarlo pero tomará tiempo. “Evidentemente, no vamos a arreglar todo en tres años; es imposible. Yo creo que podemos hacer las cosas bien para sentar las bases”.
Con su sonrisa amable, con su entusiasmo juvenil, Karla Torres despide la entrevista para regresar al salón de sesiones. Luego, parece recordar algo importante y expresa: “Yo creo que vamos a hacer un gran trabajo como para que la gente quiera que se extienda. Pero, fácil, no va a ser”.