Redacción EB
“Aunque se trate de supuestos sicarios no se debe permitir la ejecución de nadie”. Así sentenció el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, los comentarios que buscan matizar el actuar del Ejército mexicano en la masacre de Nuevo Laredo.
Por segunda día consecutivo, un comunicador cuestionó al mandatario acerca de publicaciones que identifican a las 5 víctimas mortales, el sobreviviente herido de gravedad y el superviviente ileso de pertenecer al Cártel del Noreste.
López Obrador dijo sin ahondar que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ya procede mediante la justicia militar. Sin embargo, remarcó, la Fiscalía General de la República (FGR) debe realizar una investigación contra la impunidad.
“Ya no estamos en el tiempo de mátalos en caliente, o remátalos, no, eso no”, enfatizó en la conferencia “Mañanera”.
El ataque contra 7 jóvenes sucedido el domingo por la madruga en Nuevo Laredo sigue en la agenda pública, con el foco en la actuación militar. Hasta ahora las versiones apuntan a que los soldados no respetaron el manual del uso de la fuerza.
La criminalización de las víctimas Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Alejandro Trujillo Rocha, Gustavo Ángel Suárez Castillo, Luis Gerardo y Alejandro Pérez Benitez no ha cesado a pesar de que un mismo reporte militar notificó que en la camioneta en que viajaron y fueron acribillados no había armas.
Aunado a lo anterior, el miércoles, el comunicador Carlos Domínguez presentó un audio de una supuesta llamada entre el presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos Vázquez, con un presunto delincuente de apodo el “Borrado”. Al respecto, López Obrador negó que esa pregunta haya sido “sembrada” para dañar la imagen del organismo ciudadano tamaulipeco.
Jóvenes asesinados recibieron entre 1 y 12 balazos
Este jueves ha comenzado a circular más información pericial sobre los cuerpos de las víctimas mortales elaborado por el personal pericial de la Fiscalía General de la República (FGR). El informe forense expone que los cuerpos de los jóvenes recibieron entre 1 y 12 impactos de armas de fuego.
El “cadáver A”, identificado como Gustavo Pérez Beriles, presentó 2 impactos, uno con orificio de entrada y salida en el antebrazo izquierdo y otro con orificio de entrada y salida en el costado izquierdo.
A Wilberto Mata Estrada, clasificado como “cadáver B”, se le contabilizaron 10 impactos. El “cadáver C”, Jonathan Aguilar Sánchez, tenía un disparo con “orificio de entrada por arriba de la oreja izquierda y con orificio de salida en la región posterior del cráneo, que ocasiona estallamiento craneal con exposición de masa encefálica”.
El “cadáver D”, Gustavo Ángel Suárez, recibió 12 impactos. Este joven estadounidense es el propietario de la camioneta y su padre encabezó la protesta que se dio el domingo por la mañana. En el “cadáver E”, Alejandro Trujillo, se contaron 5.
Hasta ahora, el reporte forense no precisó el calibre de las balas, ni el lugar de los impactos en los cadáveres B, D y E.