Carlos Manuel Juárez
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, regresó a tierras tamaulipecas para arropar, con más elogios que promesas concretas, al naciente gobierno de Américo Villarreal Anaya. Aunque al final de la gira entregó el primer regalo al político morenista local: los 2,000 millones de pesos que le faltaban para salarios y aguinaldos gubernamentales.
Ciudad Victoria amaneció fría y resguardada por marinos, militares y guardias nacionales. Pasadas las 15 horas de ayer martes, el gabinete legal y ampliado arribó por distintas rutas a la capital para participar en el evento del Plan de apoyo a Tamaulipas. Decenas de personas acudieron a la explanada del Polyforum para intentar hablar con el presidente.
Américo Villarreal y los gabinetes federal y estatal esperaron más de una hora el arranque del evento. A las 18:27 horas, el presidente y el canciller Marcelo Ebrard entraron al salón. En los primeros minutos, vía Twitter, el gobierno federal informó que Andrés Manuel López habló con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; tal vez la llamada más importante que se haya hecho desde Victoria en años.
El secretario de Gobernación (Segob), Adan Augusto López Hernández, repartió la palabra en el evento. Los mandos de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval González, y de Marina, José Rafael Ojeda Durán, expusieron ampliamente la incidencia delictiva, las capturas de delincuentes, los trabajos en puertos y aduanas, los decomisos de droga, armas y dinero.
Durante 2 horas, López Obrador y Américo Villarreal aplaudieron a cada una de las presentaciones de los y las secretarías. Nadie del gabinete habló de pendientes o carencias. Nadie nombró al gobierno anterior, el que encabezó Francisco García Cabeza de Vaca.
La carta de Américo
El turno del gobernador tamaulipeco llegó en el último tramo del evento. Villarreal Anaya presentó una carpeta de proyectos de impacto nacional y regional. De manera particular expuso la urgencia de aprobar la Planeación Hídrica Golfo Norte (PLHIGON), proyecto para combatir la crisis hídrica que vive más de la mitad de los 43 municipios del estado.
En carácter de urgente, aunque no fue enfático ante el presidente, el gobernador Américo mencionó la necesidad de 2,000 millones de pesos para salarios gubernamentales y de 218,000,000 pesos para asegurar el suministro de insumos de salud para los próximos 6 meses.
Andrés Manuel López siguió en el turno final del informe. El tabasqueño inició su participación visiblemente cansado, pero a los 15 minutos se enfiló a un discurso extendido, donde presumió los programas federales de bienestar y solamente se comprometió a rehabilitar los puertos de Tampico y Altamira, y terminar la terminal marítima de Matamoros.
En varias ocasiones, el presidente evitó traer a Cabeza de Vaca a la reunión, pero de tanto dar vueltas fue inevitable:
“Me da mucho gusto estar aquí. Vamos a apoyar en todo, lo hemos hecho aún en situaciones de dificultades, porque, independientemente de las diferencias partidistas o políticas, tenemos que atender a la gente, atender al pueblo, y lo hemos hecho en circunstancias difíciles y yo creo que han quedado de manifiesto los resultados, desde que llegamos al gobierno estamos atendiendo al pueblo de Tamaulipas. Vamos ahora, desde luego, a intensificar todas las acciones del gobierno federal”, afirmó intercalando sonrisas y miradas socarronas con su gabinete.
López Obrador bajó la velocidad de su discurso para preparar el cierre.
“Yo he venido a Tamaulipas como he estado en todo el país, pero no venía tanto a Tamaulipas, ahora sí voy a estar más seguido, porque me da mucho gusto, la verdad, que tengan un gobernador como el doctor Américo Villarreal”, dijo el mandatario y siguió con sonrisas y gestos de tranquilidad, gestos que antes no se permitía y que inauguraron como la llegada de la Cuarta Transformación a Tamaulipas.