jueves, 18 de abril del 2024

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Los abogados de Villarreal Anaya. Crédito: Facebook
Quienes están detrás de la estrategia legal de la 4T en Tamaulipas confían en que muchas de estas iniciativas sean anuladas, para que el marcador quede -por lo menos- empatado. La batalla está a la vista y va más allá de lo meramente parlamentario.

Catalejos

Opinión por Miguel Domínguez Flores

La bancada de Morena y el equipo del gobernador electo han presentado al menos 11 recursos de impugnación ante diferentes instancias contra las más recientes iniciativas aprobadas en el Congreso del Estado.

Desde la reforma para asegurar el control de la Junta de Coordinación Política, hasta las nuevas atribuciones que le otorgaron a la Fiscalía General de Justicia, hay un equipo jurídico trabajando para revertir todas las reformas que consideran inconstitucionales y abusivas. Todo ello, basándose en el principio de que se crearon ex profeso para complicar los primeros pasos de un gobierno que ganó legítimamente en las urnas.

Quienes están detrás de la estrategia legal de la 4T en Tamaulipas confían en que muchas de estas iniciativas sean anuladas, para que el marcador quede -por lo menos- empatado. La batalla está a la vista y va más allá de lo meramente parlamentario.

Ayer se conoció que la bancada de Morena denunció a “Moyo” García y a Imelda Sanmiguel ante la Fiscalía General de Justicia por el desaseo con que se realizó la conformación de la Diputación Permanente. Se los acusa de los delitos de ejercicio ilícito del servicio público y coalición de servidores públicos.

La denuncia contra el presidente de la Jucopo y la presidenta de la Mesa Directiva difícilmente prosperará por el fuero del que gozan, pero busca crear un precedente ante la justicia y sumar uno más a la lista de recursos que se impulsan desde la 4T para allanar el camino de Américo Villarreal.

En paralelo a la estrategia jurídica, el equipo de transición trabaja en lo político. La prioridad en esa ruta es devolverle a Morena el margen de maniobra en el Congreso, por lo menos con una mayoría simple que le permita ganar las discusiones legislativas cotidianas y frenar el avasallamiento que se permitió a la bancada de panistas y priístas por tener la mitad más uno, con la ayuda de una diputada que llegó como morenista por la vía plurinominal y después se declaró “sin partido”.

Se llama Nancy Ruiz, es de Altamira, y sería la primera pieza para empezar a reacomodar el rompecabezas guinda. Con ella y con Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano podrían inclinar la balanza a su favor si se suma la posibilidad de que la bancada del PRI empiece a dividirse en algunas votaciones, e incluso que algún panista despistado también empiece a votar a favor de las iniciativas de Morena.

No es imposible, aseguran quienes conocen muy bien sus hojas de vida y por lo tanto, sus debilidades. Ya trabaja en eso el ala política del equipo de transición que después dará vida a la nueva Secretaría General de Gobierno.

Su otra gran tarea es que el blindaje de muchos de los organismos públicos cuyos titulares permanecerán en su cargo más allá del 30 de septiembre, se rompa no por la vía legal sino por la vía de la negociación.

Tal vez no sea fácil, pero esas pláticas ya están en marcha.

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