jueves, 25 de abril del 2024

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Con un formato rígido, poco flexible para la participación espontánea y el planteamiento de propuestas, el primer debate entre los aspirantes a gobernar la entidad demostró que urge un cambio de fondo en este tipo de encuentros.

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Opinión por Héctor Garcés

Aquí se los dije desde la semana pasada: 14 o 15 minutos serían insuficientes para que cada uno de los candidatos a la gubernatura de Tamaulipas pudiera exponer sus propuestas durante el primer debate que se realizó el domingo.

Ese tiempo era demasiado corto para hablar y articular ideas con detalle sobre tres temas fundamentales para el estado: desarrollo económico, salud y seguridad pública.

Con un formato rígido, poco flexible para la participación espontánea y el planteamiento de propuestas, el primer debate entre los aspirantes a gobernar la entidad demostró que urge un cambio de fondo en este tipo de encuentros.

Para comenzar, debe modificarse la Ley Electoral de Tamaulipas: la normatividad establece solo 2 debates entre los candidatos. Dos debates son muy pocos para entrar de lleno a los diagnósticos y las soluciones de las problemáticas que aquejan al estado.

En una campaña electoral cuya duración son dos meses, con facilidad podrían realizarse hasta cuatro debates, uno cada quince días.

Incluso, el último debate debería realizarse al finalizar el periodo de la campaña electoral. En vez de que los candidatos y los partidos que los postulan organicen mítines de cierres de campaña, los candidatos deberían asistir a un debate en el último día de actividad proselitista para confrontar sus proyectos.

Esos cuatro debates se realizarían en distintas ciudades de Tamaulipas a fin de involucrar a los potenciales votantes de las diversas regiones y evitar la ridícula centralización. Las posibles sedes podrían ser Nuevo Laredo, Reynosa, Tampico y Ciudad Victoria.

¿El tiempo de duración de cada debate? Por lo menos, dos horas.

Algunos políticos tamaulipecos, de esos que creen que todo gira alrededor de la capital del estado, dirán que dos horas es mucho tiempo. Sin embargo, habría que ver lo que sucede en otras partes del mundo. Un ejemplo reciente: Francia. El debate que sostuvieron la semana pasada los candidatos a la presidencia, Marine Le Pen y Emmanuel Macron, se prolongó por dos horas y media.

¿Los franceses se cansaron de ver el debate? Es posible que muchos hayan estado al filo del bostezo. No obstante, se estima que el debate fue visto por 20 millones de personas.

Dirán algunos más que Tamaulipas no es Francia, lo cual es obvio, pero de lo que se trata es que los candidatos tengan más tiempo para exponer sus proyectos y que los ciudadanos sean testigos de una real confrontación de propuestas.

Con 2 horas por debate, los 3 candidatos a la gubernatura podrían contar hasta con 40 minutos para explicar sus posturas frente a cada tema crucial del estado: educación, seguridad, economía, etcétera.

El domingo pasado, por ejemplo, un tema de sumo interés para la población salió a relucir: la problemática de la escasez de agua durante ciertos periodos del año en ciudades como Victoria o Tampico. Los dos principales aspirantes, Américo Villarreal y César Verástegui, dieron la impresión de que contaban con datos técnicos y precisos para avanzar en la solución del problema de la distribución del agua, pero el tiempo restringido no se los permitió.

Incluso, en la parte final del debate, cuando la confrontación llegó al uso de un irrespetuoso adjetivo calificativo, muchos televidentes o cibernautas se quedaron con las ganas de ver más, ya que el pleito se encontraba en su instante climático. El límite de tiempo establecido por el Ietam se impuso.

Algo que se debe permitir es la intervención en el momento de las alusiones personales. Para decirlo con mayor claridad: Arturo Diez debería haber respondido justo cuando César Verástegui lo calificó con un adjetivo que aquí no vamos a repetir, al ser una falta de respeto.

Arturo Diez, candidato de Movimiento Ciudadano, posiblemente no contestó porque ya no tenía tiempo. Esa es una restricción absurda, que no va acorde a los tiempos democráticos que hoy vive el país.

Está claro que falta mucho por hacer en la democracia tamaulipeca. Una de esas tareas pendientes es mejorar y ampliar los debates entre los candidatos que quieren gobernar el estado a fin de que los ciudadanos escuchen más propuestas que diatribas.

Y para cerrar


El nombre de Carlos Canturosas salió a relucir ayer en ‘La Mañanera’. El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió el nombre del exalcalde de Nuevo Laredo.

Por lo visto, algunos están seriamente preocupados ante el próximo regreso del expanista a tierras tamaulipecas.

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