jueves, 25 de abril del 2024

Search
Close this search box.
Crédito: AyotzinapaVive Facebook
Hay muchos libros sobre Ayotzinapa, pero no todos cumplen con ese rigor de investigación como lo hizo John Gibler.

Tatyi Savi – Voz de lluvia

Opinión por Kau Sirenio

El libro Una historia oral de la infamia, los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa de John Gibler recopila la voz de los estudiantes sobrevivientes de aquella noche en Iguala, cuando la policía municipal de ese municipio los atacó y desapareció a 43 de sus compañeros.

Apelando a técnica polifónica que antropólogos, sociólogos e historiadores recurren para contar historias; John con esa humildad que lo caracteriza como escritor abandona su ego para darle voz a cada sobrevivientes, estudiantes, periodistas, maestros y padres de familias que vivieron y viven el drama del 26 de septiembre de 2014.

La historia que Gibler reconstruye en el libro después de platicar días, semanas, meses con los normalistas, es la crónica que poco se conoce porque muy poco se ha escrito al respeto, hay muchos libros sobre Ayotzinapa, es cierto, pero no todos cumplen con ese rigor de investigación como lo hizo John Gibler.

Hay libros que se escribieron por encargo de la Fiscalía General de la República con el propósito de estigmatizar y criminalizar a los normalistas, con el fin de negar justicia a las víctimas. Lo cierto es que después de siete años, la llamada “Verdad histórica” ha quedado en la memoria colectiva como la gran mentira del siglo. 

Recuerdo los primeros días de cuando nos acercamos con John al Comité Ejecutivo Estudiantil  Ricardo Flor Magón, en las instalaciones de Ayotzinapa, cinco o siete días después ya no recuerdo muy bien, pero desde ese día él platicó con los muchachos que aún vivían la crisis nerviosas que los acosaba después de la noche aciaga en Iguala. 

Entender la historia contada por las víctimas, es imposible hacerlo si no regresamos al pasado para voltear a ver de como en México la desaparición forzada ya se había afianzado desde muchos años atrás, sin embargo poco se sabe de ese episodio tan oscuro y doloroso para los mexicanos que vivieron ese periodo de persecución y cárcel clandestina  a lo largo y ancho del país, cometido por la policía política al mando de Miguel Nazar Haro, quien fue director de la Dirección Federal de Seguridad de la Secretaría de Gobernación entre 1978 y 1982.

En aquellos años, la política de persecución inició antes de 1968 y se recrudeció después del 2 de octubre. Para conmemorar ese episodio los normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa preparaban la marcha nacional cuando fueron detenidos y desaparecidos por la policía municipal de Iguala el 26 de septiembre de 2014. 

La historia que John nos transporta sólo se compara con la crónica que Elena Poniatowska escribió en su libro: La noche de Tlatelolco, obra obligado de leer para entender la política totalitaria del país, los testimonios de historia oral que se acuñó en México, la escritora plasma pedazos de crónicas que los  sobrevivientes de la matanza estudiantil en la tarde noche del 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco, en la Ciudad de México. 

Pero cuando leo línea por línea que John reconstruye en su libro me detengo en la conversación con Eric Santiago López, único sobreviviente del camión Costa Line, después que policías le dieron alcance entre avenida Álvarez y Periférico de iguala, porque todos sus compañeros que ahí viajaban ahora siguen desaparecidos, de inmediato me traslada a la novela no ficción de Rodolfo Walsh, Operación Masacre cito: “Livraga después del tiro de gracia logra escapar, es encontrado por un policía que lo lleva hasta el policlínico, donde vive un nuevo martirio”.

Porque Erick Santiago López se escapa de ser el 44 de los desaparecidos porque una bala de policías casi le destroza un brazo, a raíz de esa herida,  no se lo llevaron, pero él y sus otros compañeros después contaron historias desgarradoras. 

Como olvidar la reconstrucción de hechos, sin  Erick. En varias ocasiones tuve la oportunidad de ver la película La Noche de los Lápices del cineasta argentino Héctor Olivera, que forma parte de la historia de terror en América Latina, narrado en el cine de cómo en septiembre de 1976, durante los primeros meses del gobierno militar en la Argentina Militar, siete adolescentes de la ciudad de La Plata son secuestrados, torturados y asesinados a raíz de sus protestas por el aumento del boleto estudiantil. La película relata estos sucesos desde la voz y presencia de su único sobreviviente.

Pablo Díaz, quien se convirtió  en el único testigo del horror en la Argentina Militar de Rafael Videla; Una Historia Oral de la Infamia, tiene muchos testigos que vivieron esa noche, escucharlos y acompañarlos sería justicia para los compañeros desaparecidos para que la memoria no claudique. 

En los primeros días, cuando John empezó a tejer su libro platicamos muchas veces con él y con los normalistas, en varias ocasiones lo encontré pensativo y con muchas interrogantes, pero no lo detenía, al contrario buscaba de nuevo a Balín (seudónimo), un muchacho inquieto que lo apoyaba para las entrevistas con los sobrevivientes, fue así que Gibler dio con el quinto camión y que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) confirmaría en su informe en septiembre de 2015. 

Luchar para que en la memoria colectiva, no se olvide nunca jamás los hechos de Iguala del 26 de septiembre, sólo será posible si todos leemos, compartimos Una Historia Oral de la Infamia que John nos presenta. 

Ojalá que en un tiempo no muy lejano podamos leer una historia escrita por los propios normalistas sobrevivientes de aquella noche triste y vergonzante para México del siglo XXI. Así como Claudio Tamburrini escribe  en su novela biográfica: Pase Libre: la Fuga de la Mansión Seré donde narra cuando se produjo el golpe militar en Argentina en 1976, y cuyas fuerzas de facto gobernaron al país hasta 1983, dejó la pérdida de 30.000 desaparecidos, además de otros tantos muertos, que pagaron con su vida la lucha por los ideales que defendían. 

En México, con la desaparición de los 43 Normalistas de Ayotzinapa, se visibilizó a miles de mexicanos desaparecidos y desplazados desde que inició la mal llamada Guerra contra el Narco en 2006. Desde ese año, familias enteras han sido desterradas del país y más de 150 mil hombres y mujeres han sido asesinados.

México es ahora el cementerio de los sin voz, de los sin rostro y de los olvidados. 

¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, medio aliado de Elefante Blanco. Aquí puedes leer la original.

Kau Sirenio. Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.

MÁS VISTOS

Publicidad

Descubre más desde Elefante Blanco

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo