jueves, 25 de abril del 2024

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Décimas para los cocodrilos de Tampico-Madero-Altamira. Por Julián Hernández.

Décimas por Julián Javier

I

La mirada se remansa

en las ondas del pantano,

y en el silencio lejano

el espíritu descansa…

Pero aquello es una transa:

en la líquida corriente,

confundido en el ambiente

pasa, como un submarino,

El cocodrilo asesino

que te asalta de repente.

 

II

Vive como un solitario

en la laguna profunda,

y aunque la vida lo inunda

vive como un solitario.

Este reptil milenario

de su refugio se aleja

solo por una pareja,

y peregrina el incauto

entre las llantas de un auto

o entre la gente perpleja.

 

III

El ingenio popular,

en la ciudad y en el rancho,

lo llamó “lagarto Juancho”

para hacerlo familiar.

Cocodrilo es, a pesar

de la jurásica hechura,

con parecida armadura

a los pánzer alemanes,

y sonrisas y ademanes

de tristeza y amargura.

 

IV

En Altamira se cuenta

la historia de un cocodrilo,

macho alfa kilo a kilo,

que halló una muerte violenta.

No fue un rayo de tormenta,

ni por dolores severos

se dio a los sepultureros;

no. Terminó en la parrilla,

con pedazos de tortilla

para el jefe de bomberos.

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