jueves, 25 de abril del 2024

Search
Close this search box.

El Kiosko

Opinión por Héctor Garcés

El proceso electoral federal que está a punto de llegar a su momento climático el próximo domingo 6 de junio comenzó de manera oficial el año pasado, el 7 de septiembre de 2020, con la instalación del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).

A este proceso se le ha denominado, con exactitud, la elección más grande de la historia de México porque además de la renovación de la Cámara de Diputados se realizarán, de manera concurrente, elecciones locales en todo el país.

A nivel federal, como se sabe, se elegirán 500 diputados federales que integran el Congreso de San Lázaro: 300 de esos legisladores se votan y se eligen en las urnas, mientras 200 llegan a la Cámara Baja por la vía de la representación proporcional.

Para lograr la mayoría calificada y aprobar reformas constitucionales, se requiere contar con 334 diputados federales. Esa cantidad, de acuerdo a las proyecciones realizadas tras los análisis de los resultados de las encuestas, nadie, ninguna coalición la alcanzará en esta ocasión.

Apasionantes y candentes serán las elecciones por las 15 gubernaturas, la mayor cantidad de ejecutivos estatales que se eligen a la par del proceso electoral federal intermedio. Esas 15 gubernaturas son Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Chihuahua, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. Las gubernaturas son la plataforma política y territorial para ir por la presidencia de la república en la elección de 2024, por ello su importancia.

Este domingo se renovarán, además, 30 Congresos estatales y se elegirán mil 923 presidencias municipales, junto con 2 mil 057 sindicaturas y 14 mil 222 regidurías.

Todo el país saldrá a votar y definirá su futuro: son casi 95 millones de mexicanos los que cuentan con credencial de elector, los que aparecen en el listado nominal.

Los tamaulipecos asistirán a las urnas para elegir 43 presidentes municipales y 36 diputados locales, 22 de mayoría relativa y 14 de representación proporcional. Elección concurrente con la federal, el proceso local se desarrolló en medio de un caso nunca antes visto, inédito en el escenario político, jurídico y constitucional del país: el desafuero del gobernador de Tamaulipas. A pesar de existir ya un resolutivo de la Suprema Corte sobre mantener el fuero del mandatario estatal, el caso continuará y, algunos analistas afirman, se intensificará.

Desde el inicio del proceso electoral, la polarización fue su principal característica, por encima del inédito fenómeno de la pandemia. La polarización se propagó como un virus desde la tribuna de Palacio Nacional. Lanzó fuego en contra de los conservadores, los neoliberales, los sabiondos y los fifís. Por supuesto, también defendió su proyecto de nación, su Cuarta Transformación. Pero la polarización se extendió también con la conformación de un Frente Amplio Opositor llamado ‘Va por México’, integrado por PRI, PAN y PRD.

El fin de las ideologías se consumó: agua, aceite y algo más, amorfo, imposible hoy de definir pero que antes era denominado partido del sol azteca, se revolvió en una coalición electoral que exagera en la búsqueda del voto con la consigna ‘dictadura o democracia’. 

Tercero en discordia, con una apuesta interesante a futuro en un intento por desarrollar su propia identidad opositora y ser reconocido a plenitud por los votantes, Movimiento Ciudadano decidió ir solo a las urnas. 

Arriesgada en inicio, la apuesta parece que dará resultados favorables a dos días de la elección: tiene amplias posibilidades de ganar la gubernatura de Nuevo León y vive un tenso e intenso empate técnico en la contienda por la gubernatura de Campeche.

¿Se imaginan que Movimiento Ciudadano, el partido naranja, gane dos gubernaturas este domingo  6 de junio?… MC se llevaría Nuevo León, por cierto, el estado más relevante en juego, y de forma sorprendente, fuera de todo pronóstico inicial, Campeche. Ese resultado confirmaría que Movimiento Ciudadano tuvo la razón en jugársela por sí mismo en las urnas en vez de coaligarse con los priistas, panistas y perredistas.

Un nuevo mapa político saldrá de la batalla electoral y, por supuesto, habrá una reconfiguración de fuerzas, posiblemente con mayores equilibrios, en la Cámara de Diputados, un Poder Legislativo que aspira a contrarrestar los excesos presidenciales, arraigada costumbre en el País de un Solo Hombre, en el México de siempre.

¿Qué pasará con la “Chiquillada”?

De acuerdo a las encuestas, los nuevos partidos políticos se encuentran en ‘la cuerda floja’, con la alta posibilidad de no alcanzar el tres por ciento mínimo de la votación total para mantener el registro.

Los partidos Encuentro Solidario (PES), Redes Sociales Progresistas (RSP) y Fuerza Social por México se juegan la vida este domingo. ¿Quién de ellos se salvará?

Otro partido, pero que no es nuevo, sino fundado el 5 de mayo de 1989, también se encuentra en ‘la tablita’: la Revolución Democrática.

Desdibujado por completo, hundido por culpa de sus conflictivas tribus, inmerso en la mediocridad ideológica, sin identidad propia, el PRD parece destinado a desaparecer a pesar de la alianza opositora signada con sus otrora adversarios, el PRI y el PAN.

Quien daría un brinco espectacular en el número de diputados federales en San Lázaro sería el Partido Verde: podría llegar a contar hasta con 50 legisladores, un grupo parlamentario que se convertiría en necesario para aprobar votaciones en el pleno.

Ya veremos cómo se rediseña el escenario partidista nacional tras la crucial votación de este 6 de junio.

MÁS VISTOS

Publicidad

Descubre más desde Elefante Blanco

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo