Mariguana: esto es lo que sabemos de la planta, sus efectos y usos

Planta de mariguana. Fotografía: AFP
Planta de mariguana. Fotografía: AFP

León Ramírez / Animal Político

México está en proceso de regular el consumo de la mariguana, con reformas con las que estaría permitido el autocultivo y la comercialización, además de incrementar la cantidad que puede portar una persona.

La mariguana o cannabis es la “droga ilícita más cultivada, traficada y consumida en el mundo” de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con aproximadamente 147 millones de usuarios cada año. 

Pero ¿qué es lo que contiene esta planta, cómo se usa, cuáles son los factores de riesgo con su consumo y por qué hay personas que exigen su legalización? Esto es lo que señalan autoridades y especialistas.

Los puntos básicos de la mariguana

La mariguana, o cannabis, es una planta que el ser humano ha aprovechado desde hace miles de años, ya sea como fuente de fibras para ropa o herramientas, como alimento, para rituales, con fines medicinales y recreativos. 

Uno de los más antiguos registros de su uso médico está en el compendio chino de agricultura y plantas medicinales Shen Nong Ben Cao Jing, del año 2737 a. C., y desde entonces ya se mencionaban efectos alucinógenos y para estimulación del apetito.

Aunque se siguieron describiendo sus usos y efectos, fue hasta finales de los años sesenta del siglo XX cuando se aislaron por primera vez los cannabinoides, compuestos a los que se les atribuye la mayor parte de las propiedades psicoactivas y medicinales de la planta, explica el libro Marihuana y salud, editado por el Fondo de Cultura Económica.

Hasta el momento, los científicos han identificado al menos 500 compuestos químicos en la planta, de los cuales unos 100 son cannabinoides. En este grupo se encuentran los dos más estudiados: el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD).

Según explica el reporte Marihuana como medicina de la organización México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), se ha encontrado que si bien ambos tienen efectos terapéuticos, el THC es el ingrediente psicoactivo, mientras que el CBD no lo tiene, y de hecho contrarresta este efecto.

Un estudio publicado en Alternative Therapies in Health and Medicine, revista científica revisada por pares, encontró evidencia de que algunos efectos del THC “son mitigados por otros compuestos volátiles” presentes en la planta, los cuales pueden ayudar a “reducir la ansiedad causada por el tetrahidrocannabinol”.

¿Cómo se consume y cuáles son sus efectos recreativos?

La mariguana se puede consumir fumada, en cigarrillos o pipas; en extractos, de forma tópica o mezclada con alimentos, como pueden ser galletas, golosinas o pan, los cuales pueden tener altas concentraciones de THC. 

Sobre los efectos, científicos y autoridades de salud coinciden en que dependen de factores externos y el usuario. 

Por ejemplo, según un texto publicado en The Lancet, influye la dosis recibida, el modo de administración, la experiencia previa del usuario, el escenario y entorno, las actitudes hacia los efectos, el estado de ánimo y el entorno social en que se usa. 

El libro Handbook of Cannabis, editado por Oxford University Press, señala que aunque los efectos pueden “variar enormemente”, la experiencia incluye desinhibición, ensoñación y comunión con otros fumadores. 

Entre las sensaciones también está una mayor conciencia de la música, los sonidos, los colores, las texturas y los gustos, además de percepciones de nuevos significados, de profundidad, ganas de reír y de comer mucho, de acuerdo con la publicación.

El libro Marihuana y salud detalla que también hay registro de sensación de bienestar, locuacidad, disminución de la ansiedad, del estado de alerta, de la irritabilidad y aumento de la sociabilidad, con “usuarios que comparten deshinibidamente sus pensamientos y experiencias”.

Según este texto, el efecto euforizante de la marihuana, conocido coloquialmente como ‘el viaje’ se puede lograr al fumar dosis relativamente bajas, de 2.5 mg por cigarrillo, y se inicia en minutos. Alcanza un máximo de 15 a 30 minutos y se mantiene, dependiendo la dosis, por aproximadamente dos horas.

Un estudio publicado en la revista científica Clinical Pharmacokinetics agrega que al ingerirla, los efectos psicotrópicos aparecen de 30 a 90 minutos, alcanzan su máximo después de 2 a 3 horas y pueden durar hasta 12 horas según la dosis y el efecto en específico.

El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos advierte que pueden presentarse alucinaciones, delirio, psicosis e incluso una sobredosis, aunque indica que no hay reportes de personas que murieron a causa de una.

Zara Snapp, directora del Instituto RIA, explica que una sobredosis con cannabis podría causar malestar, vómito, náusea, ansiedad o paranoia –esto último podría ser influenciado por la noción de ilegalidad–, pero que es muy poco probable que el efecto dure días. 

“Tu cuerpo metaboliza el THC y los otros cannabinoides durante cierto periodo de tiempo. Sí se quedan en tu cuerpo, pero bajan las cantidades tanto que ya no tiene un efecto”, dice en entrevista con Animal Político.

Uso con fines terapéuticos y lúdicos

Distintos estudios han mostrado evidencia de que los cannabinoides tienen propiedades terapéuticas probadas en investigaciones preclínicas, señala MUCD,  pero “no todas las patologías potencialmente tratables con cannabinoides cuentan con el mismo nivel y calidad de evidencia clínica para su prescripción, por lo que mucho queda por hacer y saber”.

En este sentido, el reporte de la organización señala que algunas condiciones clínicas “ya cuentan con evidencia suficiente para regular un acceso seguro y controlado, ya sea para paliar síntomas o incidir en el curso de la enfermedad son en primera instancia”.

Estas son:

  • Esclerosis Múltiple
  • Epilepsia refractaria al tratamiento
  • Enfermedades inflamatorias crónicas del aparato digestivo
  • Náuseas, vómitos y anorexia-caquexia en el contexto de enfermedades graves
  • Acompañamiento de la quimioterapia en tratamientos de cáncer
  • Tratamiento de reducción de daños en dependientes de drogas
  • Dolor crónico, neuropático y relacionado con cáncer 

Estadios terminales de distintas patologías

De hecho, Estados Unidos no ha aprobado la comercialización de la mariguana para el tratamiento de enfermedades, pero la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) considera que Epidiolex, una forma purificada de CBD, es seguro y eficaz para el tratamiento de algunos casos de convulsiones.

También autorizó Marinol y Syndros, THC sintético, para usos terapéuticos en el país, incluido el tratamiento de la anorexia asociada con la pérdida de peso en pacientes con VIH/SIDA. Otro medicamento aprobado por la FDA, Cesamet, contiene el ingrediente activo nabilona, ​​que tiene una estructura química similar al THC y se deriva sintéticamente.

Snapp señala que se debe evitar la estigmatización del THC frente al CBD, dado que ambos han reportado fines terapéuticos. 

“La eficacia en cualquier tratamiento aumenta cuando es una extracción que contiene todo el espectro de cannabinoides o la planta completa, y no un CBD que se hizo en un laboratorio, que no tiene nada más”.

Factores de riesgo de su consumo

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos el cannabis, al igual que el tabaco y el alcohol, puede ser precedente para el consumo de otras sustancias, aunque “la mayoría de las personas que consumen marihuana no continúan con el consumo de otras drogas más fuertes”. 

Indica que además de los mecanismos biológicos, existen otros factores —como el ambiente social en el que se desenvuelve una persona— que son clave para el riesgo que tiene esa persona de consumir drogas y convertirse en adicta.

De acuerdo con un estudio de Neuropsychopharmacology solo el 8% de los usuarios de cannabis desarrollan dependencia a la planta 10 años después del primer consumo, menor al 12 a 13% de los consumidores de alcohol.

Sin embargo, el Instituto advierte que las salas de emergencias tienen una cantidad cada vez mayor de casos relacionados con la mariguana ingerida, porque hay personas que no se dan cuenta que tardan más en sentir el efecto y “consumen más cantidad de la droga” tratando de llegar al estado de euforia más rápido, o pensando que no han consumido lo suficiente.

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